21/02/2025
La directora técnica Amaia Piedra da las claves para volar en el rapidísimo circuito que acogerá el Campeonato de España de 10 km el 9 de marzo
Quien más, quien menos, cualquier corredor que se ponga en una línea de salida busca completar la carrera en el menor tiempo posible. Una marca personal siempre es bien recibida, y acabar una competición con la certeza de haber dado el máximo de ti mismo es una sensación incomparable. El 10K Bilbao Rural Kutxa, que celebrará su primera edición el domingo 9 de marzo, nace con la misión de hacer volar a sus más de 3500 participantes en un circuito que aúna velocidad y espectacularidad a partes iguales, recorriendo los puntos más emblemáticos de la capital vizcaína.
Y para ayudar a los miles de corredores que se colocarán el dorsal el próximo 9 de marzo, Amaia Piedra (ex atleta de élite internacional) hace un análisis kilómetro a kilómetro del recorrido. La directora técnica del 10K Bilbao Rural Kutxa está “convencida de que se van a lograr grandes marcas” debido a las eternas rectas que presenta el circuito, recorriendo ambas orillas de la ría. “Hemos intentado que los giros fuesen lo más abiertos posible, y de hecho solo hay dos curvas cerradas en toda la carrera, aunque hemos abierto los radios al máximo que hemos podido para que no sean giros de 180 grados”, señala.
El objetivo, “que se pueda correr rápido independientemente del nivel, tratando de que no se formen tapones en la parte más masiva del pelotón”.
Salida-kilómetro 3: coger velocidad de crucero
“Salimos frente al Teatro Arriaga en el paseo del Arenal. A unos 80 metros cruzamos una rotonda mientras pasamos delante del Ayuntamiento, y ahí ya tenemos una gran recta hasta el kilómetro 3 en paralelo a la ría. Son el paseo Campo del Volantín, la avenida de las Universidades y Botica Vieja, y nos permiten admirar lugares emblemáticos como el puente Zubizuri, el puente La Salve, la Universidad de Deusto…”, explica Amaia Piedra. Un parte inicial tremendamente favorable que permitirá a los corredores coger velocidad de crucero pensando en su marca personal.
Kilómetro 3-kilómetro 5,5: mucha atención y cabeza
Llegados a este punto, los corredores se encontrarán con el kilómetro y medio más desafiante de todo el 10K Bilbao Rural Kutxa. No porque los 1500 metros sean especialmente duros, sino porque es en ese tramo donde encontrarán los dos giros cerrados de todo el recorrido y la única subida reseñable, poco antes del kilómetro 4. “Es la subida al puente de Deusto por la calle Francesc Macià. Son unos 160 metros de cuesta donde la clave es dosificar las energías para subir la pendiente con zancada corta y rápida. A partir de ahí dejarse llevar y aprovechar el circuito”, señala la directora técnica.
Antes se sitúa el primer giro cerrado, aunque la organización ha mitigado la brusquedad abriendo un poco el ángulo de la curva. “Pasado el puente de Deusto, embocamos con la plaza de Euskadi y en la calle Elcano, un poco antes del kilómetro 5, se situará el avituallamiento líquido. Cruzamos la plaza Moyúa y seguimos por la Gran Vía hasta la intersección con Alameda Mazarredo, donde llega el segundo giro cerrado”, detalla Amaia Piedra.
Kilómetro 5,5-meta: disfruta y a volar
Solventados los dos giros cerrados y el puente de Deusto, solo queda disfrutar. Disfrutar corriendo rápido y admirando los grandes monumentos de Bilbao… Con el apoyo inestimable del público: “Siguiendo la Gran Vía, al volver a cruzar la plaza Moyúa (km 6) vamos a situar un punto de animación con un DJ. Es un punto neurálgico de la ciudad, y es una forma tanto de alentar a los participantes como a los transeúntes”.
La Gran Vía continúa hacia el Sagrado Corazón “picando muy levemente hacia abajo”. Dejamos la arteria principal de Bilbao para adentrarnos en el parque de Doña Casilda, pasar por el Museo de Bellas Artes y volver a la ría, a la altura del muelle Churruca. Se acerca el final de la carrera.
“En paralelo a la ría bordearemos el Guggenheim, ya con más de 8 kilómetros en las piernas”, recuerda Amaia Piedra, y seguiremos por el paseo Uribitarte, pasando por las torres Isozaki en el kilómetro 9.
Ya se divisa la meta, coloreada con los puestos de flores, moneda y timbre y demás que cada domingo abarrotan el Arenal. Solo queda subir el puente del ayuntamiento, “muy corto y muy leve, nada comparado con el de Deusto”, y bajarlo girando a la derecha para encarar la meta con una marca personal en el bolsillo.
100 DORSALES EXTRA
Debido a la tremenda acogida popular que ha tenido el 10K Bilbao Rural Kutxa, la organización de la prueba ha decidido poner a la venta 100 dorsales más a un precio de 22 euros sin camiseta conmemorativa. Los 3000 dorsales iniciales se agotaron en tiempo récord, igual que los siguientes 500 que el Club Bilbao Atletismo Santutxu dispuso dada la altísima demanda de corredores. Una señal inequívoca de que el 10K Bilbao Rural Kutxa ya ha sido un rotundo éxito incluso semanas antes de celebrarse. Actualmente los inscritos se dividen en los 3500 de la prueba popular, los 1000 del Campeonato de España y los 1000 niños y niñas de las pruebas inclusivas y de categorías menores.